Solamente existe una Translatio o Traslatio en el mundo, y lo tenemos en la Ría de Arousa, la Ría por la que la naturaleza y sus caprichos, quisieron que los restos del Apóstol Santiago llegasen a Compostela, (Santiago de Compostela).
LA TRASLATIO
El nombre que se le dio a este este traslado, es el de Traslatio, que en la lengua latina viene a significar el traslado de los restos del Apóstol Santiago por mar y Río Ulla hasta Compostela.
Un recorrido de miles de millas náuticas hasta llegar a la Ría de Arousa, en la que desde los tiempos más remotos, muchas civilizaciones, dejaron sus huellas en forma de arte, cultura y tradición.
Son innumerables los vestigios que podríamos enumerar en Galicia, pero solamente en la Ría de Arousa, ya tenemos muchísimos a la vista, y otros muchísimos, que con el paso del tiempo, tendremos que destapar, y que también el viento y la lluvia, erosionan, y nos van mostrando.
Vamos a centrarnos muy por encima en El Camino De Los Caminos, El Camino De Santiago, pero por mar, o también conocido como Camino Xacobeo Por Mar, Camino Jacobeo Por Mar, Ruta Del Mar De Arousa Y Río Ulla, o cómo lo llamaron sus primeros navegantes, los encargados de llegar a Compostela, con los restos del Apóstol Santiago, La Traslatio.
LA LEYENDA
Cuenta la historia, en el Libro III del Códice Calixtino, que partiendo desde Jaffa, (Jerusalén), en el año 42, siete apóstoles lograron escapar en la oscuridad de la noche con el cuerpo decapitado por el rey Herodes, del Apóstol Santiago.
Lo subieron a una barca y partieron rumbo a Hispania, (España), más concretamente a Galicia, y a Santiago de Compostela, para seguir con su evangelización en todo el mundo.
La leyenda dice que esta barca iba guiada de la mano de Dios para no encontrar obstáculos ni tempestades en su camino.
Entraron en la Ría de Arousa al lado de la Isla de Sálvora, y se adentraron en el Río Ulla para finalmente coger uno de uno de sus afluentes, el Sar, siguiendo rumbo al puerto de Bisria, (Iria Flavia), en Padrón. Siete días después, desembarcaron los restos del apóstol que dice la leyenda, llegaron en una barca de piedra, lo que seguramente se refiere a las barcas que transportaban piedras en aquella época para los romanos, y transportaron los restos del apóstol, restos que al desembarcar posaron en una piedra, y esta se fundió con el cuerpo adquiriendo forma de sepulcro.
De los siete apóstoles sólo dos, Teodoro y Atanasio, quedaron para cuidar y dar sepultura a los restos del apóstol, y los otros cinco partieron de nuevo para continuar su labor de evangelización por todo el mundo.
Teodoro y Atanasio pidieron ayuda a la reina Lupa para transportar el cuerpo apóstol a un lugar donde dar sepulcro, y esta los engañó y mandó a tierras extrañas para que los apresaran.
En estas tierras, Teodoro y Atanasio fueron apresados por un sacerdote llamado Regulus. Este sacerdote los encerró, y estando en sus celdas, unas luces formaron en el muro de piedra una puerta invisible por la que huyeron.
Ya de vuelta le piden a la reina un carro y una pareja de bueyes para trasladar y dar sepultura a su maestro.
De nuevo la reina los quiere engañar y los manda al monte Ilicino (Pico Sacro), donde les asegura que encontrarían bueyes mansos.
Allí se dirigen Teodoro y Atanasio y se encuentran con bueyes salvajes y atacados por un dragón, a los que hacen pasar de bestias salvajes a animales dóciles con rezos y la señal de la cruz.
De vuelta ante la reina, y esta, al ver que los apóstoles eran invencibles, decidió convertirse al cristianismo y ser bautizada allí mismo, así como ceder su palacio como mausoleo para los restos del apóstol, pero Teodoro y Atanasio, quisieron que fuese la Divina Providencia la que decidiese donde deberían reposar los restos de su maestro.
Subieron de nuevo el cuerpo al carro de bueyes y fueron llevando el cuerpo sin rumbo, hasta que los bueyes se pararon en una zona y empezaron a escarbar con sus pezuñas y brotó agua y se formó una fuente. Prosiguieron un poco más su camino y se detuvieron en un campo denominado Arcis Marmoricis, (Arcos Marmoreos), en el bosque de Libredón, y donde la leyenda dice que se dio sepulcro a los restos del Apóstol Santiago.
Una leyenda llena de historias muy interpretables, místicas, mágicas, pero que todas conducen al mismo camino, El Camino De Santiago y a la Traslatio.